volver a nacer

Sentido del sufrimiento y del dolor. El valor positivo de la enfermedad

Jornada Mundial del enfermo

Posted by jorgellop en febrero 11, 2011

Cada año, en el aniversario de la memoria de Nuestra Señora de Lourdes, que se celebra el 11 de febrero, la Iglesia propone la Jornada mundial del enfermo. Esta circunstancia, como quiso el venerable Juan Pablo II, se convierte en una ocasión propicia para reflexionar sobre el misterio del sufrimiento y, sobre todo, para sensibilizar más a nuestras comunidades y a la sociedad civil con respecto a los hermanos y las hermanas enfermos.

Son palabras del  mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial del Enfermo que se celebra hoy.

Recordando su visita a Turin con motivo de la exposición de la Sábana Santa, afirma que “Contemplarla es una invitación a reflexionar sobre lo que escribe san Pedro: «Por sus llagas habéis sido curados» (1 P 2, 24). El Hijo de Dios sufrió, murió, pero resucitó, y precisamente por esto esas llagas se convierten en el signo de nuestra redención, del perdón y de la reconciliación con el Padre; sin embargo, también se convierten en un banco de prueba para la fe de los discípulos y para nuestra fe: cada vez que el Señor habla de su pasión y muerte, ellos no comprenden, rechazan, se oponen. Para ellos, como para nosotros, el sufrimiento está siempre lleno de misterio, es difícil de aceptar y de soportar”

“Queridos enfermos y personas que sufren, es precisamente a través de las llagas de Cristo como nosotros podemos ver, con ojos de esperanza, todos los males que afligen a la humanidad. Al resucitar, el Señor no eliminó el sufrimiento ni el mal del mundo, sino que los venció de raíz. A la prepotencia del mal opuso la omnipotencia de su Amor. Así nos indicó que el camino de la paz y de la alegría es el Amor: «Como yo os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros» (Jn 13, 34). Cristo, vencedor de la muerte, está vivo en medio de nosotros.

(…)

San Bernardo afirma: «Dios no puede padecer, pero puede compadecer». Dios, la Verdad y el Amor en persona, quiso sufrir por nosotros y con nosotros; se hizo hombre para poder com-padecer con el hombre, de modo real, en carne y sangre. Por eso, en cada sufrimiento humano ha entrado Uno que comparte el sufrimiento y la paciencia; en cada sufrimiento se difunde la con-solatio, la consolación del amor partícipe de Dios para hacer que brille la estrella de la esperanza (cf. Spe salvi, 39).

Estos son textos del mensaje de Benedicto XVi para la jornada.

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